Evangelio: Lc 1,39-48
Oración introductoria:
Virgen de Guadalupe, hace años tú te encaminaste al cerro del Tepeyac y te quedaste con nosotros para mostrarnos todo tu amor de Madre y llevar nuestras peticiones a tu Hijo Jesucristo. Hoy vengo ante ti, a agradecerte todas las gracias que me has alcanzado y a pedirte tu bendición para mí y para todo mi país.
Petición:
María, ayúdame a prepararme para recibir a tu Hijo en la próxima Navidad.
Meditación:
El día de hoy la Iglesia recuerda el encuentro de Juan Diego con la Virgen María en el Tepeyac. Ante la llamada de la Virgen, Juan Diego no experimentó turbación alguna, se encontraba feliz, animado, rebosante de dicha. Este es el efecto espiritual que nos deja siempre la cercanía amorosa de nuestra Madre del cielo. Como lo hizo con Juan Diego, nos invita a estar muy cerquita de Ella y a no dejar pasar ni un día sin ponernos ante su amable presencia. María, con enorme ternura, está siempre dispuesta a escuchar nuestros llantos o tristezas; quiere purificar y curar nuestras miserias, penas y dolores. Fijémonos cómo María no nos promete ahorrarnos las contrariedades, pues sabe que para seguir a su Hijo hace falta abnegarse y tomar la cruz; pero nos ofrece de modo seguro su auxilio y consuelo maternal. La imagen de María de Guadalupe es una mujer encinta, en su seno lleva al Hijo de Dios. Ella viene a traernos a su Hijo, arde en deseos de mostrarnos a Jesús, de entregárnoslo a Él y todo su amor.
Reflexión apostólica:
En el momento presente es urgente que cada uno de nosotros sea un verdadero apóstol y misionero en su propio entorno y medio ambiente. Nuestro país necesita de verdaderos hombres y mujeres que con su vida transformen la sociedad. Seamos apóstoles con una vida auténticamente cristiana en todo. Si somos lo que tenemos que ser como miembros del Movimiento Regnum Christi prenderemos fuego al mundo.
Propósito:
Rezar un misterio del rosario ante una imagen de la Virgen María.
Diálogo con Cristo:
Señor, Tú me has dejado a María como madre y gran maestra, te prometo amarla con ternura y seguir en todo sus ejemplos.
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