CONGREGATIO PRO CLERICIS
Queridos Hermanos en el Sacerdocio:
En el fausto acontecimiento del 150 Aniversario del nacimiento al Cielo de San Juan Bautista María Vianney (4 agosto 1859 – 2009), quiero dirigirme a cada uno de vosotros con un renovado augurio de un buen Año Sacerdotal.
El Cura de Ars se coloca delante de nosotros como una figura excelsa sacerdotal de santidad, vivida no en la extraordinaria particularidad de las obras, sino en la diaria fidelidad al ejercicio del ministerio; habiendo llegado a ser modelo y “faro” para
Su total donación es un estímulo para nuestra entrega a Cristo y a los hermanos, a fin de que el ministerio sea siempre un eco luminoso de aquella consagración de la que proviene el mismo mandato apostólico y en él toda fecundidad pastoral.
Su amor a Cristo, cargado de humano y sincero afecto, sea para nosotros la fuerza para “enamorarnos” siempre más profundamente de “nuestro Jesús”: Sea El la mirada que buscamos al amanecer y la consolación que esté con nosotros durante la tarde, como también la memoria y la compañía de cada respiro cotidiano. Vivir como enamorados del Señor – siguiendo el ejemplo de San Juan María Vianney – significa tener siempre muy en alto la tensión misionaria, llegando a ser progresiva y realmente imágenes vivientes del Buen Pastor y de aquel que proclama al mundo: “He aquí el Cordero de Dios”.
El real “arrebato” espiritual del Cura de Ars, durante la celebración de
Su heroica dedicación al confesionario, nutrida de real espíritu expiatorio y alimentada de la seguridad de haber sido llamado a participar de la “substitución vicaria” del único Sumo Sacerdote, nos mueve a descubrir la belleza y la necesidad – también para nosotros Sacerdotes – de la celebración del Sacramento de
Finalmente, el amor filial y cargado de delicadezas del Santo Cura de Ars hacia
¡Buena fiesta de San Juan María Vianney!
+ Mauro Piacenza
Arzobispo Tit. de Vittoriana
Secretario
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